dilluns, 4 d’abril del 2016

Ricardo Moreno y la conjura de los ignorantes



 
Se puede pensar que un ignorante tal vez se sienta mucho más reconfortado si no hay nadie culto a su alrededor. Hasta puede llegar a pasar por lo que no es, si los que le rodean son aún más zafios. Esto no es una afirmación; tan sólo una sospecha. Y toda sospecha se basa en indicios, es decir, en intuiciones que, sin ser pruebas concluyentes, inducen a pensar que puedan llegar a serlo, si se demuestran. Puestos a perseverar, la alternativa está muy clara: convertir las sospechas, o indicios, en certezas, en pruebas: desenmascarar al farsante poniéndolo en evidencia.
 
Publicado en catalunyavanguardista. El artículo completo aquí.


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