dilluns, 22 de setembre del 2014

LA RECONDUCCIÓN DEL "PROCÉS": UNA PROPUESTA SERIA





La verdad es que desde mi propuesta de referéndum organizado por el Estado y con requisito de 2/3 de participación y 3/5 de voto favorable, me he limitado a seguir dándole vueltas y más vueltas a lo mismo, sin aportar nada nuevo. Lo reconozco.

Tampoco la propuesta ha trascendido más allá de estas humildes páginas. Los españoles, ya se sabe, aducen que la Constitución no lo permite y, además, si lo permitiere, luego vendrían los vascos -que son muy suyos-, los canarios, hasta puede que los extremeños y, por qué no, Ceuta y Melilla... Y si  a los "catalanufos" se les concede este derecho ¿por qué razón no lo iban a tener los demás ¡eh! por qué? Así que por este lado, nada de nada. 

Los independentistas, por su parte, no ven nada claro el requisito de mayorías cualificadas, ignoro por qué razón, ni, menos aún, la participación del Estado en la consulta, previa reforma de la Constitución, cuya sola mención les produce erupciones tales que ni la del Krakatoa. Descartemos pues, por razones antropológicas, de talento y de talante, la alternativa más, digámosle, británica, y hagámoslo a nuestra manera, como siempre, con un par ¿Pero qué hacer?



Porque la situación sigue emponzoñándose más cada día que pasa, sin que las respectivas partes se muevan un ápice de sus planteamientos iniciales. Todo el mundo da por hecho que el Estado, a través del TC, prohibirá la celebración del referéndum. Y a partir de ahí, entramos en un incierto callejón cuyas eventuales salidas van de malo a peor, y de peor a pésimo. Vamos, que no parece que se vislumbre alternativa alguna que desatasque tan incómoda situación. Y urge.


La solución de continuidad al "procés" la postuló el otro día "F". A él se la debo y no me duelen prendas en reconocerlo. He añadido, eso sí, algo de cosecha propia. Se trata de un cambio de tercio en toda regla de la estrategia independentista; un nuevo enfoque que modificaría el escenario actualmente desfavorable a la consulta, que ejercería de revulsivo y que, además, evitaría cualquier atisbo de ilegalidad inconstitucional y abriría las puertas a las simpatías europea e internacional, de las cuales el “procés” anda tan faltado. Una «implementación» para la cual basta con demostrar suficiente determinación como para ello y saber elegir el campo de batalla adecuado.


La propuesta es la siguiente. El día después de la proscripción del referéndum, el Sr. Mas y la Sra. de Gispert –presidente de la Generalitat y del Parlamento catalán, respectivamente-, en su condición de máximas autoridades institucionales catalanas, y debidamente acompañados por este genio de la comunicación que es el portavoz Quico Homs, se desplazan a Madrid, se sitúan ante el Tribunal Constitucional, plantan  allí una tienda de campaña y se declaran en huelga indefinida de hambre. Así, a la brava. Hasta que se arregle el tema... Y sin prisas.

¿Se imaginan la repercusión internacional que tendría esta nueva forma de lucha? Habría, eso sí, que tener algo de paciencia, porque al principio lo tomarían por un nuevo farol, pero tan pronto como se empezara a adquirir conciencia de la envergadura del envite, comenzaría a cundir la inquietud por el Foro.

Primero aparecerían las oenegés de todo el mundo occidental y parte del extranjero. Luego las agencias y cadenas de comunicación de todo el orbe. Algunos cenutrios con aguilucho y camisa azul darían la nota ante todo el mundo. A los pocos días, de más, y kilos, de menos, el escándalo está asegurado. La determinación de los padres de la patria y su ardor por la causa dejarían de tomarse a recochineo y a más de uno, a Monago, por ejemplo, le pondrían un bozal en el morramen para evitar que, con sus berreos, trascendiera al mundo civilizado el cutrerío endémico a estos pagos. La correlación de fuerzas empezaría a invertirse. Y sólo sería el principio.

La operación, ciertamente, requeriría de una sofisticada logística y de una calculada estrategia de incremento dosificado de la presión. Pero para ello hay sobrados recursos y hasta excedente de expertos avezados en estos menesteres. Además, la huelga de hambre lo sería también de silencio trapense. Un único interlocutor, desde el Hotel Palace de Madrid, Duran Lleida, informaría al mundo de la evolución de los huelguistas que, mientras tanto, a lo suyo. Un efecto colateral de esta medida sería la desaparición de las intervenciones públicas de Quico Homs, lo cual redundaría sin duda en un mayor reconocimiento de la seriedad de la causa. Cuando se va a por todas, se va a por todas.

A la semana de huelga, se incorporan a ella las «caudillas» del brazo social, Sras. Forcadell y Casals, in situ, al mismo tiempo que todo el equipo de gobierno catalán, con sus cargos y carguetes de confianza, sentarían sus reales en la calle frente a sus respectivos despachos. Día y noche, sin concesiones. Paralelamente, las embajadas catalanas en el extranjero, justificando así su existencia y el sentido estratégico de sus valedores, utilizarían sus trabajados contactos internacionales para que se difundieran las imágenes del toro de la vega y de las cabras arrojadas por el campanario del pueblo en fiestas mayores mesetarias, que aparecerían hasta en la televisión local de Milwaukee, así como también las más suculentas declaraciones de Monago y otros ilustres próceres sobre "los catalanes". Un trending topic a escala internacional en twitter. El no va más.

Y con el comienzo de la tercera semana, se iniciaría la fase decisiva, la ofensiva final. Diez mil elegidos por sorteo entre los participantes registrados en la última “V”, se declararían también en huelga de hambre, siguiendo a sus líderes, frente a sus lugares de trabajo... o de residencia en caso de carecer de lo primero; a la siguiente, diez mil más, y así sucesivamente...

Las calles y ciudades de Cataluña, cada vez más repletas de tiendas de campaña con la bandera estelada en el palo mayor, se irían convirtiendo en un escenario que mostraría al mundo la determinación de un pueblo identificado hasta el final con sus líderes. La cineasta oficial, Issona Passola, podría, además, emular a Lenny Riefenstahl, y mejorar sensiblemente el reciente truño que evacuó con L’endemà…  “El triunfo de la determinación”, podría titularse. Y la prensa y la televisón, a sus puestos, a informar. Que no es cuestión de vivir del momio mientras los jefes se la están jugando. Se acabó la comedia, es la hora de la verdad. ¿No se trataba de esto?

El impacto en el mundo mundial no tendría parangón. A razón de diez mil incorporados a levas cada semana, hasta el millón ochocientos mil de la "V", la cosa daría para ciento ochenta semanas. Casi tres años y medio... ¿Quién aguantaría semejante presión?

Puede que se quedaran por el camino algunos émulos de Bobby Sands, sí, pero la causa bien lo vale. Peor para el enemigo, cuya imagen se iría deteriorando al mismo ritmo que la demacración de los huelguistas. El Estado español se vería metido en un brete de aquellos que ahí te las compongas y puesto a chupa de dómine por los mismos que, poco antes, le habían reído las gracias. Su posición se tornaría insostenible y, como mucho, a los tres o cuatro meses, habría fecha para el referéndum con observadores internacionales de la ONU incluidos.

Está al alcance de la mano. Gandhi doblegó así, él solo, al Imperio británico ¿Qué no podrán un millón ochocientos mil? ¿Será España más que la pérfida Albión? El pueblo sólo está esperando la señal de sus líderes, primeros en el ejemplo de compromiso con la patria, para seguirles hacia su glorioso destino manifiesto. Y sin Constitucional, ni tanques ni cabras de la legión que valgan. Las televisiones mostrarían los opíparos desayunos de los magistrados constitucionales mientras, apenas a cien metros, los tribunos del pueblo catalán se dirigen a una muerte segura por inanición. Y detrás de ellos, repartidas por toda la geografía catalana, dos legiones semanales que se incorporan a la lucha. ¿Quién es capaz de soportar tal imagen? Nadie. 

Una victoria sin paliativos. ¿A qué esperan? El pueblo está esperando la señal del ejemplo. ¡Ánimo! eso está hecho. Sólo falta lo que hay que tener.
 

2 comentaris:

  1. Enhorabuena a "F" y también a ti, claro, por una propuesta que encajaría a la perfección en una película de los Monty Python. No la descartes y, si sucede, recuerda pedir royalties. Como buen catalán...

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  2. Exacto, lo delos royalties no lo pordono. A ver si con tanto apesebrado viviendo del momio como hay , al final hasta voy a darles ideas... Y sí, podría ser de Monty Python o, también, qué lástima que ya no esté, de Berlanga.

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