dissabte, 2 de març del 2013

ESTADO O NO ESTADO, HE AHÍ EL DILEMA




Jorge y Jordi, en sus respectivos y recomendables blogs, inciden en sendos artículos sobre la primacía que en determinados sociotipos humanos ejerce el sentimiento sobre la razón, y como este primado de lo sentimental sobre lo racional es un elemento que se encuentra en todo nacionalista, sea o se considere español, catalán o monegasco -este último, en el supuesto de que exista tal nacionalismo-.
 
Para todos estos personajes, ciertamente, una constitución o cualquier marco legal normativo, es decir, un estado de derecho, es algo en el fondo desdeñable y sólo aceptable provisionalmente, en permanente estado de interinidad... porque ellos pretenden surgir de lo originario. Y de allí las semblanzas que ambos, Jorge y Jordi, establecen entre Mas y Chicharro. Nada más cierto. Pero en todo esto hay algo que me preocupa, y es que en el resto de España esté empezando a avanzar tanto el sentimentalismo "chicharrista" frente al sentido de estado. Gracias a Dios, ni Mas ni Chicharro tienen tanques. Uno porque no tiene un Estado -que ya le duele- y el otro porque es un general retirado. Ojalá nunca los tengan ni uno ni otro.
 
Chicharro es un genuino representante de aquel nacionalismo español resentido y rabioso,  cuyos complejos de inferioridad frente a Francia e Inglaterra se subliman proyectándose sobre Cataluña y Euzkadi. Para Chicharro, la constitución es sin duda alguna una "mariconada" que a la primera oportunidad habría que convertir en papel mojado. Uno tenía en los últimos años la impresión de que estos especímenes estaban en franca regresión. Pero el triunfo del sentimentalismo en Cataluña ha despertado a sus congéneres de más allá del Ebro. Y esto es lo más sorprendente ¿Cómo no previó esta eventualidad Mas? ¿Tan incompetentes son él y sus edecanes? ¿A tales extremos nos ha llevado la endogamia clientelar catalana?
 
Porque si bien es cierto que ni Mas ni Chicharro tienen tanques, no lo es menos que los Chicharros tienen más opciones a hacerse con ellos llegado el caso. Y puede que ya vaya siendo hora de que los imbéciles que tenemos por dirigentes en Cataluña se vayan enterando. Hasta ahora se las han estado viendo con el Estado, no con el nacionalismo español. Otro error de valoración de bulto por su parte.

Uno más de tantos. El nacionalismo español siempre estará más cerca de los tanques que el catalán, entre otras muchas razones porque así lo quiso el nacionalismo catalán en sus permanentes desmarques frente a las dinámicas de  y del Estado... Y si no entienden que ese "legajo" que es la Constitución española es la garantía que nos ampara a todos frente a los Chicharros, es que no han entendido nada. Porque a las malas, tienen las de perder. Insisto, una cosa es enfrentarse al Estado, otra al nacionalismo español.
 
El primado del sentimiento sobre la razón, que ha triunfado plenamente y escalofriantemente en Cataluña, y que lleva trazas de abrirse camino en el resto de España y en sentido contrario, dice Jorge que es el triunfo de Platón sobre Aristóteles. No estoy muy de acuerdo con esta afirmación, pero sí creo que él podrá estar de acuerdo conmigo, y Jordi también, si digo que es la derrota de Kant.
 
Y del duelo entre Chicharro y Mas no saldría ningún "Tempestades de acero", con Jünger y Drieu-de-la-Rochelle jugando a guerreros que se combaten y admiran. Lo que saldría todos sabemos qué iba a ser. Todavía estamos a tiempo de evitarlo.
 
No puedo más. Llevo tiempo aguantándomelo y hoy voy a largarlo. Lo peor que podría ocurrir ahora mismo es que el Estado se dejara llevar y acabara representando al nacionalismo español y aplicara su delirantes propuestas, cargadas de rabia y resentimiento. Porque entonces tendríamos al nacionalismo rabioso y resentido -con tanques- frente al nacionalismo llorón e igualmente resentido -sin tanques-.  El Estado estaría cometiendo el mayor error de su historia si cede a los nacionalistas españoles y se deja llevar hacia la intervención militar... entonces sí que Cataluña acabaría siendo independiente, y a continuacion Euzkadi. Porque después de la legión llegarían, tarde o temprano, los cascos azules.
 
Y una vez los cascos azules estuvieran por aquí, se acabó. Estoy convencido de que hay quiénes acarician esta posibilidad. La única que realmente tienen de salirse con la suya. Afortunadamente, hay pocas probabilidades: las mismas que el Estado ceda a la presión de los Chicharros.

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